simplemente cosas. Su clasificación proviene de la elección del observador
que las clasifica como buenas ó malas, correctas o incorrectas, divertidas ó
aburridas. En el momento en que juzgas a las cosas, te juzgas a ti mismo.
También bloqueas el regalo oculto que te trae un acontecimiento. Los Taoístas tienen una maravillosa forma de explicarlo usando la historia del granjero.
Había una vez un granjero a quien se le había escapado el caballo y su vecino
le dijo “Siento mucho que le haya sucedido algo tan terrible”. El granjero le
respondió: “No se sienta mal porque quien sabe lo que es bueno ó malo”.
Bueno, al día siguiente el caballo que se había escapado volvió con una
tropilla de caballos salvajes con los que se había amigado. El vecino le dijo:
“Lo felicito, ¡que buena suerte! El granjero replicó: “No me felicite porque
quien sabe lo que es bueno ó malo”. Al día siguiente el hijo del granjero trató
de montar uno de los caballos salvajes y se rompió una pierna. Nuevamente
vino el vecino y le dijo al granjero “Lamento tanto que le haya ocurrido una
cosa tan terrible”. El granjero replicó: “No se lamente porque quien sabe lo
que es bueno ó malo”. Al día siguiente llegaron soldados a la granja a reclutar
gente a la fuerza para llevarlos al ejército pero el hijo del granjero fue
exceptuado porque tenía la pierna rota.
(Obtenido de ¨Un feliz bolsillo lleno de dinero.¨ Por David Cameron Gikandi. p.132)
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