lunes, 3 de enero de 2011

Herencia

Pega fuerte darse cuenta que los padres son personas comunes y silvestres. Aceptar que cometen errores como cualquiera, y que están en todo su derecho de hacerlo. O ver que toman malas decisiones , o que tengan actitudes inmaduras...


¨Se me cayó un ídolo¨
(...quizás sea demasiada presión sobre un padre!)


Es común que uno, a medida que va viendo las cosas propias, le reproche a sus padres por su ¨responsabilidad¨ en la formación de nuestras actitudes. Pero de nada sirve reprochar a los padres, ya que somos nosotros los que debemos decidir qué heredar y qué no!




Durante años estuve en conflicto con mis padres. No entendía, estaba enojada... y sentía cosas muy negativas hacia ellos.
Hasta que, un día, me senté a hablar con cada uno de ellos (por separado, y en distintos momentos de mi vida), y les pedí que me contaran quiénes son, quiénes fueron, que cosas les pasaron en sus vidas... Y ahí me empezaron a caer todas las fichas juntas, entendí el por qué de todo lo que había sucedido, el por qué de sus actitudes. Fue entonces que me di cuenta que mis viejos son personas comunes y silvestres...
Uno entiende entonces por qué son tan cerrados, por qué no dicen lo que sienten, por qué reaccionan a la defensiva, por qué nos sobreprotegen...

Me pasa a mi que me encuentro con que muchas de las actitudes que tengo son cosas que me enseñaron mis viejos, y que no me gustan. Pero ahora se que es mi responsabilidad y mi elección decidir qué heredar y qué no.










No tenemos que aceptar todo lo que nos dan. Hablo de lo que nuestros padres nos enseñan, pero también de las cosas que la gente nos da: en el trabajo, en la calle, los amigos, etc...
Si viene alguien a tirarme mala onda me voy. Soy yo la que dice ¨hasta acá llegaste¨. Si alguien me hace daño es porque yo se lo estoy permitiendo...

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